A la hora de decantarte por un coche eléctrico, no solo debes fijarte en su autonomía o en su diseño, sino también has de tener muy en cuenta el tipo de batería que lleva y el cargador para coche eléctrico que tiene instalado. De esto dependerá que la batería del vehículo se cargue más o menos rápido.
Tipos de cargador de coche eléctrico
En la actualidad no todos los coches eléctricos cuentan con el mismo cargador, dependiendo del tipo de carga que realicen, será distinto. Para satisfacer todos estos tipos y poder recargar baterías de cualquier tamaño, existen 4 formas de recarga distintas, de las cuales, tan solo tres se utilizan en los coches eléctricos, la cuarta se reserva para las bicicletas.
Modo 2: recarga convencional
Puede alcanzar hasta los 2,3 kW de potencia. Esta carga es lenta y utiliza el mismo voltaje e intensidad que cualquier electrodoméstico de tu casa. Debido a que estos cargadores son los que se pueden utilizar con la red eléctrica convencional, su potencia está limitada.
Debido a la potencia que tienen estos cargadores, el tiempo de carga es dilatado y una batería estándar necesitará un tiempo de entre 6 y 11 horas para poder completarse. Cuentan con un cable delgado y con un enchufe tradicional como el de cualquier electrodoméstico. Entre sus ventajas está que podrás cargarlo en tu casa sin ningún tipo de instalación.
Modo 3: recarga semirrápida
A pesar de que en sus características es muy similar a los cargadores convencionales, este tipo de conexiones necesitan disponer de una toma de tierra que sea física. Esta recibe el nombre de wall box y debe situarse en el suelo del lugar en el que se va a recargar el vehículo.
Estos cargadores tienen una potencia máxima de 7,3 kW que te permitirán cargar completamente la batería de tu coche en tan solo 4 horas. Son los más habituales en puntos de recargas instalados en lugares públicos, aunque también pueden ponerse en domicilios particulares.
Cuenta con un conector denominado Mennekes, que permite una conexión perfecta debido a que cuenta con varios orificios que hacen que la energía fluya de forma segura del punto de recarga al coche.
Modo 4: carga rápida
Son los más rápidos de todos ya que consiguen una potencia de hasta 350kW. Su principal inconveniente para la instalación en tu casa es que necesitan corriente continua para funcionar (en una instalación convencional se usa corriente alterna).
Para utilizar este tipo de cargadores, el coche debe estar equipado con un cargador instalado en la parte inferior de la carrocería. Este será el encargado de transformar la corriente de alterna en continua para poder realizar la recarga.
En estos tipos de conexiones rápidas puedes encontrar dos conectores distintos dependiendo de la región en la que te encuentres, es decir, existe uno estandarizado para Europa, el denominado CSS Combo y otro para Estados Unidos y Japón denominado CHADEMO.
En el caso de las conexiones europeas, gracias a su potencia podrás alcanzar una carga completa en menos de media hora. Aunque el ahorro de tiempo es considerable con respecto a otros modos de carga, lo cierto es que su instalación es mucho más cara, la torre cuesta 30.000 euros y deberás asumir los gastos de acometida para poder instalar los cables necesarios para realizar la carga en tu casa. Por otro lado, debido a que la potencia es mayor, el precio del kW también lo será.
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