La protección necesaria que se precisa de un casco está basada en el relleno interior con que cuenta y en la calota como elementos fundamentales entre las distintas partes de un casco.
Tanto la calota como los rellenos y acolchados, además de los materiales de fabricación, están sometidos a pruebas de impacto para la homologación del casco (ECE 22.06), midiendo su capacidad de resistencia y, por supuesto, la disipación de la fuerza establecida para su posibilidad de comercialización.
Los precios de los cascos a veces pueden parecer altos, pero hay que tener en cuenta sus importantes y elaborados procesos de fabricación, sobre todo en las marcas “premium”, siendo además la salud muy importante a través de la protección de la cabeza con medios adecuados.
Además de los costes de producción, hay que considerar también que los cascos, antes de poder ser posicionados en el mercado, deben superar innumerables pruebas para poder ser sometidos a homologación para que se establezca su validez, siendo la calota una parte fundamental del casco en todo el proceso y su utilización posterior.
¿Qué tipos de calota existen?
La calota es la parte exterior del casco que es la primera receptora de la fuerza de un posible impacto.
Por ello, hay dos aspectos importantes a considerar en el momento de comprar un casco sobre la adecuación de la calota:
- Los tamaños disponibles de calota para un modelo determinado, existiendo siempre varios disponibles que deben ser adecuados a cada usuario, y no es lo mismo utilizar un casco XS que un XL, siendo muy interesante considerar que cada casco debe disponer de su propia calota y de varias tallas en función también del tamaño del casco.
- El material en el que se ha fabricado la calota, que será el que dirime si un casco es o no adecuado a un nivel elevado de protección o a un nivel más básico.
Las calotas más sencillas, que se emplean en los modelos más básicos de casco, son de material plástico, policarbonato o termoplástico, y en este caso, conviene siempre evaluar también la calidad del relleno EPS como complemento.
Si se busca un nivel de protección superior, conviene dar un paso más en la escalera de materiales de calotas, en particular en los cascos fabricados de fibra de vidrio, que aporta ya una gama media, más liviana y resistente que el policarbonato y una protección mayor garantizada.
Los cascos más afines a cualquier tipo de uso y con la mayor protección garantizada, son los que utilizan calotas multifibra o “composite”, con mezcla de fibra de carbono, fibra de vidrio y kevlar, otorgando una resistencia más que notable a la calota, con una gran firmeza ante impactos y una gran ligereza del conjunto, aunque resultan más caros en el mercado si bien empiezan a estar estandarizados poco a poco en su empleo.
Los cascos que utilizan fibra de carbono como material fundamental o único de la calota son perfectos para su uso en competición por su gran resistencia a los impactos y por su gran ligereza de uso.
Si a todo ello se le añade un relleno EPS (poliestireno expandido) adecuado, una pantalla provista de sistema antivaho, un forro interior antibacteriano y agradable, cierre de doble anilla o micrométrico en buen estado, la seguridad y el confort estará garantizado, eso sí, con una inversión superior a la media.
Recuerda que el Seguro de Moto Todo Riesgo con Franquicia MAPFRE, cuenta con la cobertura de compensación por casco y vestimenta, que garantiza una indemnización económica de 400 euros para compensar los daños que puedan sufrir el casco de protección y la vestimenta del conductor en un accidente de circulación conduciendo la moto asegurada.
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