¿Me interesa un espejo fotosensible en mi coche? Los expertos en seguridad vial lo recomiendan, especialmente si se conduce a menudo por la noche pues soluciona los deslumbramientos que junto con el ángulo muerto, son los grandes riesgos de visibilidad relacionados con los retrovisores.
El aumento de la seguridad y la comodidad son las grandes ventajas del espejo electrocromático y como desventaja, tienes que tener en cuenta que supone un encarecimiento del precio del vehículo o de la pieza, en caso de que se trate de reponer esta parte de tu coche. Sin embargo, si tu coche lo tiene y se daña como consecuencia de un accidente, tu seguro de coche se hará cargo de reponerlo por lo que el precio no supone un problema, aun así, cerciórate de este punto y consulta tu póliza.
¿Para qué sirve un espejo fotosensible?
El funcionamiento de un espejo retrovisor con capacidad fotosensible es similar al que te proporcionan las gafas de sol, cuanto te las pones para proteger tus ojos del sol. El espejo se adapta, oscureciéndose, a las condiciones de luz que le rodean evitando fogonazos y fuertes deslumbramientos, cuando se conduce de noche.
El escenario en el que vas agradecer tener un espejo fotosensible es habitual y cualquier conductor tiene la experiencia: conduces por la noche en una vía poco iluminada y detrás de tu vehículo se coloca otro coche, el reflejo de sus luces en tu espejo retrovisor es molesto y según la fuerza y la distancia, puede llegar ser cegador por momentos. Con un espejo sensible a la luz, esta situación es mucho menos problemática.
Un espejo sensible a la luz en el retrovisor interior del coche –también se instalan en los exteriores, pero con menos frecuencia- detecta una intensidad de luz excesiva, capaz de deslumbrar, y de forma automática se oscurece, lo necesario, para que el reflejo de esa luminosidad no sea tan fuerte y no deslumbre al conductor.
¿Cómo funciona el espejo fotosensible?
Como las gafas de sol que oscurecen tu entorno para proteger tus ojos, el espejo fotosensible se vuelve tan oscuro como sea necesario con el mismo objetivo: evitar que las luces de otros coches o del exterior reflejadas en tu espejo retrovisor te deslumbren.
Los espejos electrocrómicos son sencillos, pero tienen dos láminas de cristal entre las que se ha instalado un electrolito y una capa reflectante. Aunque hay diferentes modelos, por lo general, a ambos lados de la carcasa exterior del espejo tienen fotosensores que miden la cantidad de luz por delante y por detrás del espejo para que siempre este en perfecto equilibrio.
Cuando el sensor que mide la parte delantera del espejo detecta una intensidad de luz superior a la posterior, entra en acción el sistema electrónico que aplica la tensión eléctrica necesaria al electrolito que hay entre los dos cristales, lo que hace oscurecer el electrolito en mayor o menor medida en función de la tensión aplicada.
La circulación nocturna es especialmente peligrosa por lo que cualquier elemento que mejore la seguridad en estas condiciones es siempre recomendable y el espejo que se oscurece frente a intensidades de luz cegadoras es uno de los más sencillo e interesantes.
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