Los neumáticos de invierno con clavos son muy útiles para poder circular por carreteras nevadas mejorando la adherencia del vehículo. Este tipo de ruedas no son demasiado comunes en España, pero si vas a conducir por zonas en las que hay problemas con la nieve pueden interesarte. Te contamos en qué consisten, cómo se usan y qué dice la legislación sobre ellos.
Los neumáticos de invierno con clavos son un tipo de ruedas que llevan incorporado una serie de puntas metálicas situadas en la banda de rodaduras. Este tipo de neumáticos son una buena alternativa para las cadenas ya que están pensados especialmente para circular por caminos y carreteras heladas.
Por lo general, suelen contar con entre 60 y 130 clavos para mejorar la adherencia cuando se circula en superficies en las que hay hielo. Estos suelen sobresalir del neumático aproximadamente 1,5 milímetros. Están fabricados con una aleación de wolframio, carbono y metal recubierta de acero, lo que les hace muy resistentes a la fricción.
Cuándo deben usarse los neumáticos de invierno con clavos
Este tipo de neumáticos tan solo deben utilizarse para el fin para el que están diseñados. Circular con unas ruedas de este tipo por una carretera o camino que no esté helado provocará ruidos, hará que el asfalto se dañe y que los clavos se desgasten rápidamente haciendo que pierdan su función.
Antes de colocar unos neumáticos con clavos es importante que conozcas que en España estos solo se pueden utilizar en circunstancias muy concretas y cuando el vehículo no supere las 3,5 toneladas de peso. Además, la legislación contempla que estos deben contar con cantos redondeados y que no sobresalgan más de 2 milímetros de la rueda. Por tanto, este tipo de soluciones serán ideales cuando debas circular durante el invierno y por zonas montañosas en las que haya nieve permanente. Con ellos podrás conducir por aquellos lugares en los que las bajas temperaturas hacen que la nieve se compacte o se formen capas de hielo.
Cómo deben usarse correctamente
Cuando usamos neumáticos de invierno con clavos tenemos que modificar nuestra conducción para que hagan bien su función.
¿Cómo debe ser la conducción con estas ruedas y en este tipo de condiciones? De manera suave y progresiva y atendiendo siempre a los indicadores de rodaje que llevan incorporados. Estos muestran cuándo deben ser sustituidos por unos nuevos. Por lo general, este suele ser de unos 500 kilómetros. Por otro lado y para asegurarte de que el desgaste es uniforme en todas las ruedas conviene intercambiar los neumáticos al principio de cada temporada.
Tipos de neumáticos de clavos
En el mercado podrás encontrar dos tipos diferentes de neumáticos de invierno con clavos, según el uso que vayas a darles.
- Neumáticos con clavos fijos: estos llevan los clavos incorporados de serie y no pueden retirarse, por lo que deberás montarlos y desmontarlos para circular por carreteras convencionales y sin circunstancias adversas.
- Neumáticos con clavos móviles: estos permiten retirar los clavos con una herramienta específica. La banda de rodadura cuenta con un molde para incluirlos, pero debe hacerse uno por uno.
En el mercado encontrarás también neumáticos de invierno para circular por zonas frías, pero en las que las condiciones no son tan extremas como las que hemos indicado, por lo que es posible que su instalación te interese más. No obstante, elijas el neumático que elijas, asegura tu vehículo con las coberturas que te ofrece el Seguro de Coche MAPFRE.
Comentarios (0)